Teotihuacán diferente con estas 25 actividades…

Luego de que el Cuarto Sol se terminara a causa de una inundación que transformaría en peces a todos y que duraría cerca de 52 años, ya no había un Quinto Sol previsto. La humanidad estaba condenada a vivir en la oscuridad eterna. Los dioses, asustados, se reunieron entre pequeñas antorchas, ya que la oscuridad no les permitía ver bien. Sentados en un círculo, los dioses se preguntaban cómo sobreviviría el mundo si todo era oscuridad. Ante la interrogante, un Dios altivo y muy digno se levantó, su nombre era Tecuciztécatl y con el pecho erguido y la voz grave se postuló como candidato para alumbrar al mundo.

Los Dioses se miraron, era un hombre imponente, pero no un Dios ejemplar, de hecho tenía cierto aire de desconfianza, pero aun con ello, le permitieron postularse para alumbrar al mundo. Se preguntaron si alguien más lo quería hacer y la respuesta fue un silencio profundo. Aún requerían a alguien más que mantuviera la noche segura y le diera un poco de luz al camino, pero tampoco había candidatos. Enojados por no recibir ofertas, los Dioses miraron a Nanahuatzin, un joven y feo Dios que permanecía al fondo del equipo callado y distante. «Sé tú el otro que alumbre», le dijeron y sonrió asintiendo con la cabeza.

Luego de cuatro días de penitencia y ayuno, los dioses se reunieron alrededor del fuego y esperaron pacientemente el sacrificio que harían Tecuciztécatl y Nanahuatzin. Pero el primero miró el fuego y no consiguió arrojarse a pesar de que él alumbraría el día entero. En cambio, el Dios feo cerró los ojos y se arrojó. Entonces le dieron a él el título del que alumbraría el día, mientras que el cobarde, al ver la mirada de desaprobación del resto de las deidades, se arrojó al fuego sin pensarlo. Entonces ya había día y noche en el Quinto Sol.

En la actualidad vivimos en ese Quinto Sol, por lo que las deidades del Sol y la Luna aún rigen nuestro momento y se les puede decir «gracias» en un sitio que queda a muy pocas horas de la Ciudad de México, es decir, en Teotihuacán, lugar donde se erigen dos pirámides de gran tamaño a las que puedes subir para percibir la ciudad de Teotihuacán como lo hacían los antepasados. Sin embargo, no es lo único que puedes hacer en este maravilloso lugar, hay muchas otras atracciones que debes conocer para tener una gran experiencia de verdad mística y poder decir que conoces Teotihuacán de principio a fin.


Pasea en globo

Éste es el mejor sitio para emprender un viaje en globo, puedes hacer un vuelo compartido entre 8 personas o uno privado con tu pareja y tener quizá la experiencia más romántica en los aires.


Come alimentos prehispánicos

Existe un restaurante dentro de una gruta llamado justamente así, «La Gruta», en el que podrás comer la herencia culinaria de los antepasados prehispánicos. Hay también otro tipo de comida, más actual y típica de la región y algunos shows folklóricos.


Convive con animales

Cerca de las pirámides está un safari llamado «Reino Animal» en el que podrás recorrer el espacio conociendo cerca de mil 400 ejemplares de animales libres en su hábitat natural. Para verlos debes abordar el camión que se detendrá cuando requieras.


Pasea en bici

En Teotihuacán puedes rentar una bici y unirte a tres recorridos diferentes dependiendo tu condición física. Algunos visitan las cuevas, otros hacen deportes extremos, unos más degustan pulque y otros sólo hacen rutas pequeñas. Elige la que más te guste y móntate en la bici.


Pasea en Rulfo

Si te gusta la fiesta y la diversión nocturna, entonces debes subirte a Rulfo, el autobús que te llevará de fiesta a lo largo de las pirámides. Además hay barra libre, mariachis e historia. Mientras recorren el lugar podrás conocer cada una de las sorpresas que guarda Tenochtitlán de noche y al finalizar el recorrido podrás cenar.


Vive la experiencia nocturna con luces

A bordo de un carro de golf podrás recorrer Teotichuacán mientras bebes un pulque de cortesía. De igual manera, podrás ver un espectáculo de proyecciones luminosas sobre las pirámides y en la calzada de los muertos. Además, escucharás historias de tradición, música y efectos sonoros. Al finalizar podrás cenar acompañado de mariachis.


Acampa

Existen algunos sitios cercanos en los que puedes acampar un par de noches y hacer fogatas, cantar y además tienes acceso a otros sitios. No olvides llevar tu tienda de campaña o rentar una allá, puesto que por las noches el frío suele azotar la región.


Compra artesanías en la Galería «A Media Luna»

Todo aquel que quiera comprar una artesanía debe ir a esta galería; tiene como objetivo vender los productos de los artesanos locales a un costo un tanto más bajo, pero sin que sea injusto para ellos. No puedes irte sin haber comprado un recuerdo de las pirámides en este lugar.


Bebe un trago en el bar El Nahual

Si nunca has estado en un bar mientras te rodean las pirámides, esta es tu oportunidad. Cuenta con estacionamiento y música en vivo, podrás disfrutar entre personas provenientes de todos lados y, si es tu cumpleaños, espera la promoción especial.


Visita el exconvento en San Juan Bautista

Es la máxima expresión de arquitectura post Conquista en el lugar. Aquí podrás hallar una de las estatuas más bellas e imponentes de México que simboliza a Juan Bautista.


Camina por el tianguis del pueblo

Los lunes se instala un tianguis ambulante en el que puedes comprar artesanías, comida típica y otros objetos tradicionales. Apoya a la economía local comprando en él.


Camina entre magueyes y palmas en el Jardín de las Cactáceas

Aquí podrás hallar plantas típicas del lugar. Desde flores hasta árboles. Si no quieres irte, puedes comer e inclusive acampar, así que no dudes en hacerlo mientras disfrutas de la flora de Teotihuacán.


Haz rappel

Hay algunos lugares cercanos a las pirámides en los que podrás hacer rappel y recorrer grandes distancias en los aires mientras observas la grandeza y belleza del lugar.


Camina por el puente colgante

Cerca de las zonas de rappel podrás ver un puente colgante en el que caminarás con al idea de ser libre. Que no te asuste la altura y disfruta de la privilegiada vista. Siempre hay un guía que te indica cómo caminar sin temor a través de él.


Refréscate en los Balnearios Cuauhtémoc y la Fuente

Podrás sumergirte en albercas y pequeñas cascadas (en su mayoría, artificiales) mientras tomas el sol. De igual forma, puedes descansar en las áreas verdes y comer en los restaurantes cercanos… o puedes armar tu propio picnic.


Compra obsidiana

El material típico de Teotihuacán es la obsidiana, por ello, en todos los mercados o tianguis hay locales y puestos en los que venden piezas de esta piedra milenaria. También puedes visitar los talleres y adquirir alguna pieza, incluso personalizada.


Come los postres de tuna

Si una fruta es típica en este mítico lugar es la tuna. En los mercados puedes encontrar postres hechos con la fruta, desde nieves y agua fresca hasta pasteles y dulces muy elaborados. No olvides comprar algunas y llevarlas a casa o disfrutar de la gastronomía hecha con tunas.


Come en las alturas

A 45 m del suelo se eleva un comedor en el que se imparten tres tiempos, coctelería y descorche de botella. La mesa tiene espacio para 22 personas. Podrás comer junto a ambas pirámides. También puedes hacer el desayuno o la cena, y si eres vegetariano hay un menú especial para ti.


Visita el museo de los murales teotihuacanos

En él podrás encontrar una extensa colección de piezas arqueológicas labradas en piedra, cerámica, obsidiana y algunos fragmentos de pinturas realizadas en las paredes que datan de la época prehispánica.


Ve una obra de teatro bajo el suelo

Es una gruta que sirve de escenario para presentar alguna obra teatral en la que por 1 hora y media se puede vivir la visión de los aztecas sobre la Conquista. Se presenta temporalmente, pero es igualmente imponente. Lo peculiar de la obra es que fue creada por madres solteras que encuentran en ese sitio una forma de ganarse la vida.


Visita la zona arqueológica Palacio Atetelco

En la Antigüedad, este lugar fue denominado como una escuela para guerreros. Para llegar a él se debía pasar la primera prueba, que era cruzar un arroyo. Por lo mismo había murales dedicados a los jaguares, águilas y serpientes.


Llénate de energía cada equinoccio

Cuando llega la primavera, la pirámide del Sol se llena de personas que están dispuestas a subir y llenarse de energía positiva. Acuden de blanco y hacen algunos rituales para llenarse de buenas vibras y tener un gran año.


Recibe una limpia

De igual manera, durante la llegada de la primavera hay decenas de brujos, chamanes, guías y demás que a través de rituales espirituales y algunos amuletos ayudan a que las personas mejoren su suerte.


Visita los palacios

Así como el Palacio de Atetelco, hay muchos otros que fueron de suma importancia en la época prehispánica, como el de la mariposa, los caracoles y los jaguares. Puedes visitar todos y cada uno de ellos y sentirte parte de la cultura prehispánica.


Reza como lo hacía Moctezuma

Se dice que Moctezuma iba muy constantemente a rezar a Teotihuacán, no importaba la época del año y tampoco la hora. Cuando él sentía la necesidad de ir y rogar a los dioses, lo hacía. Así que puedes ir a agradecer a las deidades prehispánicas y brindarles alguna ofrenda o cántico.

Ir a Teotihuacán es revivir la leyenda del Sol y la Luna en carne propia. Mientras subes por cada una de ellas puedes sentir la vibra, no en sentido esotérico, más bien te empieza a invadir un sentimiento de nostalgia y mexicanidad que va creciendo conforme la cima es más cercana. Déjate llevar por todos los secretos de Teotihuacán.

Vía culturacolectiva.com

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